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Museo Oscar Ydáñez . Puente de Genave


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Cómo determinar el origen del proyecto, cuando el arte contemporáneo, territorio y arquitectura se encuentran y fusionan de manera indisoluble. Es complicado discernir entre la influencia de cada elemento en el proceso creativo, pero sin duda se produce como resultado una situación de enorme carga simbólica en la que el espacio es capaz de inundarnos de ese mundo multifacético, donde todo parece establecerse con la personalidad propia de cada factor.
















EL OLIVO LAMIDO
El pueblo de Puente de Génave, como tantos otros de la geografía jiennense, se sitúa medio de un mar de olivos, enraizados en una infinita sábana de arcilla roja que cubre su extensión y alrededores, confieren al paisaje inmediato de una mirada de inmensidad, inabarcable y romántica, propia de nuestras tierras andaluzas alejadas de interior. El campo, el animal de caza, los santos y las vírgenes, son diferentes temas que aparecen en la genial obra del artista, que perfectamente pueden encajar como imágenes pertenecientes a un imaginario anclado en este lugar, aislado, desde el cual el artista pudo comenzar a forjar su propia mirada.
Es por esto que el detectar los elementos del paisaje que nos ayuden a instalarnos en el lugar de la misma manera con la que Santiago elige sus temas se hace fundamental desde el inicio. Y como sistema determinante, la inmensa retícula de olivares se que envuelve a la ciudad, nos sirve como base generadora. Se trata de una geometría paisajística, que se adueña del territorio con una disposición artificial para el cultivo, pero a partir de elementos naturales como son los olivos, árbol mediterráneo por excelencia.
El nuevo museo Santiago Ydañez en Puente de Génave, se apropia del lugar atendiendo a dicha geometría reticular. La secuencia matemática exacta de los olivos, es capaz de estructurar un sistema arquitectónico basado en el módulo, que mediante la repetición DEL cuadrado compone un sistema complejo y dinámico, capaz de crecer sin límite, recordando las lógicas compositivas del arte árabe tan presente en esta región, en distintas aplicaciones, desde los temas decorativos de los azulejos hasta la organización espacial de la mezquita de Córdoba.
De esta manera el edificio es capaz de apropiarse con simplicidad y fuerza del territorio, en un área periférica de la localidad que media entre lo natural del campo y la rotundo del olivar y lo artificial y la debilidad del tejido urbano. Este módulo trata de adueñarse del espacio libre entre olivos, construyendo por tanto el negativo de la propia retícula existente, y manifestando la importancia que el efecto del olivo produce dentro de la propia arquitectura, con un espacio libre que genera un patio cuadrado en cada módulo. Cada módulo se extrae de la tierra roja, para dar como resultado un conjunto de huellas que alberguen el propio espacio de exposición, que al ser un terreno en pendiente hacia la colina, terminarán por ser espacios semienterrados en distinta altura, capaces de albergar la variedad del tamaño gigante de la obra del pintor. Durante el proceso de trabajo con la propia tierra, los módulos extraídos se apilan para formar el edificio más alto, donde se albergan los servicios complementarios al museo. Así, se llega a una situación que nos recuerda a alguna referencia de la arquitectura árabe histórica andaluza, como las pequeñas torres de vigilancia, que con un único volumen alto, y las trazas de un límite, semienterradas, se muestran totalmente arraigadas en el paisaje, a la tierra rojiza de los cultivos de Jaén. De alguna manera el edificio hereda de estas arquitecturas defensivas espontaneas tan singulares y sugerentes la capacidad de comunicar a través de la lejanía del horizonte, y establecer con el paisaje una relacion silenciosa pero profundamente emocionante.
El proyecto se describe como una actuación en el paisaje, que mediante una operación en la tierra de extracción y apilado de volúmenes, descubre la situación entrecruzada del orden natural-artificial del paisaje de la sierra de Segura, y organiza un museo cuyo espacio parcialmente enterrado, entremezcla la obra del artista, caracterizada por las distintas escalas gigantes, la intensidad y la profundidad, con las visuales de los patios que permiten adivinar algunas áreas de la colina de olivares, que nos conectan directamente con las raíces del lugar. Dichos patios, son interpretados como los surcos que los olivos producen en la tierra, que se materializan dentro de la propia arquitectura como espacio libre, respondiendo así la importancia del olivo dentro del proyecto. El terreno de la colina se funde con las cubiertas minerales de los distintos módulos del museo, extendiéndose el tono rojizo que homogeneíza todo el sistema, dándole continuidad al territorio. Este hecho permite el uso de las cubiertas como parque de los olivares, de acceso independiente al museo, y que incluso pudiese permitir ocasionalmente una exposición al exterior.
El sistema de piezas encajadas en el terreno recibe la luz en los puntos de transición entre salas a través de los patios, permitiendo una lectura del paisaje exterior de la colina, mientras que la obra del autor se distribuye en el museo según las alturas de los módulos, que se organizan en tres cotas diferentes respecto a la cota de acceso, aprovechando los espacios más protegidos lumínicamente.
La accesibilidad del museo, es un factor determinante en el diseño de los recorridos, no sólo de los visitantes, sino también en cuanto al transporte de las propias obras de la exposición, en un contenedor donde se prevén tamaños y cargas de obras sin límite definido.
El sistema constructivo se caracteriza por su simplicidad estructural, basada en la elección del módulo cuadrado, que procura una rentabilidad constructiva en la ejecución. El tipo de estructura, a base de muro de hormigón estructural pigmentado con los tonos ferrosos que se detectan en su entorno, sirve como muro de contención de tierras y como cerramiento cuando sobresale al exterior. En los espacios de exposición, la envolvente horizontal se compone de un forjado unidireccional de vigas prefabricadas, que aseguren con poco espesor relativo un correcto funcionamiento estructural ante cualquier tipo de cargas que se pudieran ocasionar, como con obras principalmente escultóricas, ya que al tratarse de un museo de arte contemporáneo es conveniente asegurar la carga indeterminada carga que pueda producir una instalación artística. La cubierta se termina con una capa mineral que ofrezca una continuidad visual con el territorio, usándose elementos pétreos de tonalidades similares a las existentes en el entorno.
Oscar Ydanez Museum
PROMOTER: Ayuntamiento de Puente de Genave
DATE: January 2011
AUTHORS:
ETB
Alessandro Tessari
Matteo Bandiera
(collaborators)
Nicola Di Pietro
German Pro
Samuele Evolvi


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